La Cartera Permanente fue creada en los Estados Unidos, pero sus fundamentos económicos son universales e inversores de todo el mundo la utilizan con éxito en numerosos países y regiones. Seleccionando componentes locales (con la excepción del Oro), tu cartera debería responder con fidelidad a los movimientos de la economía en la que vives, creciendo de forma estable en la divisa en la cual ahorras y prevés realizar la mayoría de pagos en el futuro.
Sin embargo, aunque todas las economías actuales con bancos centrales pasarán tarde o temprano por los diferentes estados económicos, no todas ellas cuentan con mercados financieros suficientemente maduros y sólidos. Para estos casos, el ideólogo de la Cartera Permanente Harry Browne recomendaba apoyarse en activos estadounidense, especialmente en la parte de renta variable al ser un activo más correlacionado a nivel global, y apuntaba a la posibilidad de dividir esa parte de la cartera entre acciones locales y americanas.
Como inversor español, podrías tener dudas razonables sobre la solidez de nuestros mercados financieros, pero el hecho de que formemos parte de la Eurozona despeja buena parte de las dudas sobre los productos a utilizar; aunque no todas. Hoy te hablaré de la parte de renta variable y de la posibilidad de utilizar también acciones de otras zonas geográficas.
Eurozona: fortaleza económica y debilidad política
La Eurozona en su conjunto es la tercera economía mundial y el índice MSCI Emu cubre el 85% de su mercado bursátil, con 256 empresas de los 10 mercados más desarrollados del grupo de países constituyentes. Se trata pues de una opción diversificada y sólida para capturar todo el crecimiento económico del área geográfica en la que se utiliza el Euro, y los distintos mercados financieros en los que cotizan las empresas del índice son todos ellos perfectamente maduros.
La opción elegida para la parte de Acciones de la Cartera Permanente en euros es madura y sólida, y como inversor español tienes el privilegio de poder aprovecharte de ello. Pero que sea una opción claramente superior frente a invertir en el mercado patrio no significa que sea perfecta, pues la Unión Europea y la Zona Euro en particular son proyectos políticos relativamente recientes que aún tienen que demostrar su madurez y solidez. No en vano, están formados por un conjunto heterogéneo de subeconomías con diferentes intereses, muchas veces opuestos, y en la última década el proyecto europeo se ha enfrentado ya a importantes crisis.
La Cartera Permanente no solo tiene que protegerte del máximo de riesgos posibles, también debe diseñarse tratando de que su composición perdure en el tiempo y no tengas que realizar grandes cambios en el momento más inoportuno. En mi opinión, con estas dos premisas, puede ser razonable diversificar más la parte de renta variable con otros mercados internacionales, pero además hay otros motivos por los que aun podría cobrar más sentido.
Desastres locales y crecimiento económico mundial
La Cartera Permanente ha demostrado ser una estrategia segura, estable y rentable fuera de los Estados Unidos, pero debido a su diseño localizado estás sobreexpuesto a potenciales desastres que se concentren en tu área geográfica. Ya comentaba antes que la debilidad política de la Unión Europea y la Zona Euro suponen un riesgo, una amenaza constante de que tarde o temprano ocurra algún desastre económico de mayor o menor magnitud asociado a la ruptura del proyecto común, pero este riesgo inherente a la Cartera Permanente en euros es solo un ejemplo, cualquier área geográfica o económica puede sufrir un «desastre local» (también los Estados Unidos).
Cuando hablo de «desastres locales» me refiero a cualquier evento que tenga un gran impacto en tu economía, ya sea de origen natural, social, tecnológico, financiero o de otro tipo que todavía no puedas llegar a imaginar, y que su daño sea tal que la recuperación sea muy larga y costosa. Es cierto que la Cartera Permanente cuenta con mecanismos de protección para hacer frente a estos eventos, al revalorizarse los Bonos y/o el Oro, pero si la magnitud del desastre es grande y la recuperación lenta podría ser un proceso demasiado largo. Ten en cuenta que, en el fondo, las ganancias reales (por encima de la inflación) de la cartera provienen del crecimiento económico, que es el único que realmente genera riqueza, y nuestra estrategia no es más que una forma de capturar la mayor parte posible de este crecimiento sin tener que sufrir la volatilidad de las Acciones.
La solución ante este potencial problema es sencilla y de sobras conocida, se llama diversificación geográfica. Una Cartera Permanente global con activos de todo el mundo te permitiría capturar el crecimiento mundial y no exponerte a riesgos locales, sin embargo tendría mucha más volatilidad por las fluctuaciones de las distintas divisas, perdiéndose la estabilidad que caracteriza a la estrategia. Ante esta oposición de intereses, una solución de compromiso puede ser utilizar solamente algo de renta variable global para conseguir cierta protección frente estos potenciales desastres locales, capturando además una mayor porción del crecimiento global del que ya obtienen de por sí las grandes empresas internacionalizadas.
Es cierto que con economías tan grandes como la americana o la europea parece poco razonable un desacople significativo de la economía global, pero es un hecho que la bolsa estadounidense se ha comportado mucho mejor que la de la Eurozona desde su misma creación: desde 1999 a 2020 ha obtenido un rendimiento anualizado del 7,16% frente al 3,72% del MSCI Emu. Es destacable a pesar de ello que la evolución de ambas carteras ha sido muy parecida, pero hay otros casos más extremos en los que no ha sido así, como te cuento a continuación.
El caso japonés
Como sabes Japón tuvo un crecimiento económico brutal en los años 80, pero terminó sufriendo uno de los mayores crash bursátiles de la historia económica, del cual todavía no ha conseguido recuperarse. De hecho, puedes verlo como un desastre financiero localizado, ya que tras la magnitud del descalabro su economía no ha podido crecer al ritmo del resto del mundo.
Si los fundamentos de la Cartera Permanente son correctos, un inversor japonés que la siguiera habría podido proteger su patrimonio, aprovechándose del crecimiento de los años 80 y ganando con la deflación posterior. No he hecho los cálculos personalmente, pero gracias a la magnífica web Portfolio Charts (de la que te hablé no hace mucho) puedes hacerte una idea del resultado: la rentabilidad real promedio (por encima de la inflación) desde 1970 a 2020 arroja un 4,1% para la Cartera Permanente en yenes y con activos japoneses, con una pérdida anual máxima del 21% y una volatilidad bastante contenida. Por contra, una cartera clásica con 60% de acciones y 40% de renta fija habría obtenido una rentabilidad real algo mayor (5% de promedio anual), pero con pérdidas máximas del 39% y una volatilidad muy superior.
Este relativo buen resultado de la Cartera Permanente en yenes esconde una situación más preocupante, tal y como apuntaban en el foro carterapermanente.org: el inversor japonés tuvo que esperar más de 13 años para recuperar el poder adquisitivo que su cartera tenía justo antes del crash.
¿Cómo se habría comportado la cartera, ante este desastre local y en todo el periodo, dividiendo la parte de renta variable entre acciones locales e internacionales? A continuación puedes ver el resultado:
Como puedes ver, repartiendo la parte de renta variable entre local e internacional (global o de los Estados Unidos) la Cartera Permanente en yenes se habría recuperado mucho antes, manteniendo e incluso mejorando la rentabilidad y, lo que es más importante, reduciendo significativamente la volatilidad.
La debilidad del oro ante inflaciones locales
Otro posible «desastre local» es una inflación desbocada, que no venga acompañada de devaluaciones globales y, en particular, que tenga lugar junto a un dólar fuerte. El Oro es el activo de tu cartera que debe protegerte ante subidas elevadas de la inflación y, sin duda, tendrá un valor nominal mayor en tu divisa si esta cae, pero si tu moneda no tiene fuerza suficiente para influir en el Oro en la práctica su rentabilidad será similar a la variación del tipo de cambio entre tu divisa y el dólar.
Esta debilidad de la Cartera Permanente, que en principio no sufren los inversores estadounidenses y podrías discutir en qué grado afecta a los europeos (puesto que el euro es la segunda divisa más utilizada y necesariamente debe influir algo en los movimientos del Oro), tiene difícil solución. Desde luego utilizar una cesta de divisas sería una peor opción, ya que estarías en el mismo caso pero sin el poder del metal amarillo para reaccionar con fuerza ante devaluaciones globales. Tampoco creo que los REITs aporten mucho a la ecuación, al comportarse de forma parecida a la renta variable, ni por supuesto bonos o rentas ligados a la inflación, pues lo que necesitas son incrementos mucho mayores a las tasas de inflación para compensar las inevitables pérdidas del resto de activos de la cartera.
Creo que este potencial problema de la Cartera Permanente no tiene solución, aunque probablemente los inversores en euros estemos mejor posicionados ante él. En cualquier caso, no deja de ser un tipo específico de «desastre local» que tendría graves consecuencias para tu economía, por lo que creo que podrías aplicar la receta ya comentada para reducir su impacto: utilizar renta variable internacional (global o americana) junto a la europea para la parte de Acciones de la cartera.
Comprobar la validez de esta hipótesis es complicado, ya que supone encontrar una Cartera Permanente local válida cuyo país o región haya sufrido una inflación mucho mayor y que haya datos fiables disponibles. Aunque con muchas reservas, he decidido analizar el caso español, cuya inflación en la década de los 70 fue cerca del 300% (fuente) frente a poco más del 100% (fuente) en Estados Unidos.
De nuevo he utilizado Portfolio Charts, ya que recientemente ha añadido datos para numerosos países. El análisis sin embargo hay que cogerlo con pinzas por varias razones: para empezar España no cumplía en las primeras décadas con los requisitos de madurez y solidez financiera necesarios para utilizar activos locales con los que formar una Cartera Permanente, por tanto los datos históricos de aquella época son también poco fiables, y finalmente los activos seleccionados no son los más adecuados (por ejemplo supone la utilización en todo el periodo hasta 2020 de bonos españoles de 10 años). Aun y así, creo que el resultado puede servirte para hacerte una idea general.
Con todas las limitaciones del análisis que te indiqué antes, puedes ver como la inclusión de renta variable global o americana habría mejorado sustancialmente el perfil de riesgo de la cartera, manteniendo e incluso mejorando la rentabilidad obtenida.
Trabajo pendiente
Probablemente esta entrada llegue tarde, ocho años después de la apertura del blog, pero es un tema del que quería haber escrito hace mucho tiempo. La Cartera Permanente en euros tal y como te la presento en los distintos apartados y publicaciones creo que es fiel y coherente con las enseñanzas de Harry Browne, y la utilización exclusiva del índice MSCI EMU ha obtenido los resultados esperados en las últimas dos décadas (desde la entrada en vigor del euro), muy similares a la Cartera Permanente en dólares a pesar del diferente comportamiento de sus distintos activos.
Sin embargo, como muchos otros seguidores de la estrategia siempre tuve la intuición de que utilizar algo de renta variable no-Euro podría ser beneficioso para la cartera y de hecho así lo hago a nivel personal. De igual modo, esta es una duda consultada con frecuencia y mi respuesta reiterada ha sido que hasta un 50% de renta variable internacional (dentro de la parte de Acciones) no debería ser perjudicial, tal y como sostenía el propio Harry Browne. Lo que hasta ahora no había hecho era recopilar datos para reforzar la validez o no de esta hipótesis, con lo que me parecía poco prudente apoyar más claramente esta opción.
Ahora, con la reciente creación de sendos fondos de inversión basados en la Cartera Permanente (Kronos e Icaria), los cuales utilizan renta variable global y americana, y la actualización de Portfolio Charts que permite analizar el comportamiento de más mercados, he creído necesario profundizar de una vez en ello.
Quedan todavía muchas dudas en el aire, pues al fin y al cabo esta entrada no es más que un intento de justificación teórica y un par de casos anecdóticos. Tampoco he discutido las ventajas e inconvenientes de utilizar renta variable americana frente a global, incluso emergente, y tengo pendiente mostrarte los efectos de estas modificaciones en más carteras permanentes locales. De todo esto te hablaré en un próximo artículo.
Muchas gracias Brownehead, si tiene todo el sentido añadir algo de RV global a la cartera ya sea sumando RV global normal (grande y mediana empresa) como RV global small caps y algo de emergentes, como todo también dependerá de la facilidad que tengas para contratar los productos, comisiones, etc. Pero a nivel global de la cartera parece que ese plus de diversificación es positivo.
La simplicidad es clave claro, meter dentro de la renta variable distintos productos de factores y demás creo que aporta más complejidad a la gestión de la cartera que el potencial beneficio que pudiera tener (y aun así la apuesta puede salir mal y acabar perdiendo rentabilidad). Sin embargo hay fondos muy baratos de renta variable global o americana y llevar dos activos no añade prácticamente complejidad, pudiendo además diversificar gestoras para mayor protección.
Un placer leerte siempre Brownehead.
Sobre la baja rentabilidad de la RV EMU desde la entrada en vigor del euro, debemos tener en cuenta que las bolsas europeas fueron las más rentables durante la década de los 90 (¿altas expectativas por el proyecto europeo?).
Dicho esto, ¿podríamos justificar la posterior baja rentabilidad como una reversión a la media tras el auge de los 90? Como bien demuestra Bernstein, siempre que un mercado sufre una gran década, los años posteriores son bastante mediocres. Muy relacionado con la reversión a la media habitualmente citada por Bogle.
En cuanto al caso japonés, creo que no es comparable con la Eurozona. Al fin y al cabo, el MSCI EMU está formado por 10 países diferentes (donde Francia y Alemania son los grandes motores) con sus propias fortalezas y debilidades. Además, sectorialmente está bastante diversificada.
Muy diferente es el caso de Japón con una alta exposición tecnológica (43% actualmente el Nikkei 225) y una legislación financiera que permitió el inflado de la burbuja. Sobre esto muy interesante el video de Value School en Youtube.
De todos modos, también compartí mi opinión recientemente en el blog y creo que aunque no lo veo necesario, un poco de diversificación ex-EMU tampoco hace daño si uno lo desea.
Un saludo,
Alejandro
Gracias Alejandro!
Efectivamente la reversión a la media podría hacer que próximamente la renta variable europea se comportara mejor que la global o la americana, o puede que no (los ciclos son impredecibles). Pero el punto aquí no es tanto buscar rentabilidad como mayor protección.
Obviamente el evento concreto que ocurrió en Japón no es comparable ahora mismo con la Eurozona, pero el número de «desastres locales» que pueden ocurrir en Europa solo está limitado por nuestra imaginación. Por otro lado, asumir «Europa no es Japón, aquí no pueden pasar esas cosas», sería como admitir que la Cartera Permanente solo vale para Estados Unidos y la Eurozona.
En cualquier caso, he vuelto a repasar tu artículo y sigo estando 100% de acuerdo con las conclusiones del mismo 🙂
https://www.quenoteloinviertan.com/cartera-permanente-diversificacion-internacional/
En primer lugar me gustaría dar las gracias tanto a Brownehead como a Alejandro por el gran trabajo que estáis realizando en la divulgación de la Cartera Permanente.
Yo sigo dándole vueltas si vale la pena añadir un 5-10% de RV global para mitigar eventos locales. Rowland deja abierta esa posibilidad en su libro pero hay que decir que lo comenta para inversores americanos.
Según mi punto de vista la incorporación de RV global no añadiría demasiada complejidad a la Cartera Permanente, pero no se como se correlacionará con el resto de activos de la cartera en el futuro y si puede ser una fuente de problemas.
Siendo solo una parte de la renta variable veo complicado que pueda llegar a ser una fuente de problemas en el futuro, pero efectivamente no podemos predecirlo y valorar objetivamente si el beneficio de su potencial mayor seguridad compensa el riesgo de que cartera pueda no funcionar tal y como se espera (es decir con los bonos y la renta variable compensándose entre sí).
De todas formas, es interesante observar lo que ha ocurrido en el pasado en diferentes regiones y países en los que la Cartera Permanente ha funcionado con normalidad (sin casos más extremos como el japonés), y en general se observa que añadir renta variable global mantiene rentabilidad y disminuye la volatilidad. Lo contaré con más detalle en el siguiente artículo, que este se me hacía ya muy largo XD
Buenas Brownehead, me parece un tema muy interesante y un post de gran calidad. Son temas que desde luego merecen dedicar tiempo e investigación.
Respecto a la cartera cuya parte de RV va ligada unicamente al MSCI EMU hemos escrito un artículo. Al final la composición de los índices europeos o mundiales es el resultado de la agrupación de compañías. Estas compañías fluctuan en precio en base al descuento de flujos de caja generado por las mismas, los cuales están generados (sobre todo en índices como el MSCI EMU al ser big caps) por beneficios globales generados en euro y divisas no euro. Esto conlleva que aunque invertir en el MSCI EMU tenga un menor riesgo divisa, no sea tanto como se piensa.
Otra forma de verlo es comparar la volatilidad de ETFs globales (sin cubrir divisa) vs ETFS del MSCI EMU, la volatilidad a 3 y 5 años es practicamente idéntica. Dejo dos ejemplos de ello:
https://www.morningstar.es/es/etf/snapshot/snapshot.aspx?id=0P0000MLIH&tab=2&InvestmentType=FE
https://www.morningstar.es/es/etf/snapshot/snapshot.aspx?id=0P0000XZ4R&tab=2&InvestmentType=FE
Como ves la volatilidad ha sido incluso menor en el MSCI World.
Aquí profundizamos algo más en el concepto:
https://icariacapital.es/cartera-permanente-local-o-global/
Enhorabuena por el blog, es calidad pura.
saludos.
Gracias Carlos!
Es un hecho que la mayoría de compañías del MSCI EMU están internacionalizadas y por tanto en el fondo (o más bien en la superficie) no hay tanta diferencia frente a usar renta variable global. Pero este razonamiento puede justificar las dos opciones: que podemos usar sin problemas la renta variable global, o que esta es innecesaria.
Sin embargo, por muy internacionalizadas que estén las empresas europeas al final su core es Europa y lo que ocurra en nuestro continente siempre va a tener más influencia en ellas.
Tienes toda la razón Brownehead.
En mi opinión el problema de la global al uso (con MSCI World) es la asimetría de pacífico respecto a la parte de bonos (al no incluir bonos de ese área geográfica)
Saludos.
Hola amigos, un placer aprender leyéndoos.
Para los que estamos empezando y como yo, tratamos de conformar una Cartera Permanente coherente, aprovechando vuestro intercambio de ideas sobre la diversificación y composición de la Renta Variable, ¿podríais apuntar/aconsejar unos porcentajes para RV Global, RV EMU y RV Emerging?
Obviamente incluyo Emerging en busca de una «mayor rentabilidad» pero tampoco querría pasarme.
Un saludo y gracias por leerme.
Según las recomendaciones de Rowland la RV debería tener un mínimo del 15% de la cartera, el 10% restante podría estar compuesto por RV global y emergentes. Los porcentajes dependerán de la situación personal de cada uno.
Aunque tal vez como comentó Alejandro en su blog: https://www.quenoteloinviertan.com/cartera-permanente-diversificacion-internacional/ la diversificación geográfica de la RV no queda claro si aporta muchas ventajas.
15% RV EMU
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Hola Brownehead, muchas gracias por el post.
Hasta hace poco tenía el 25% de RV indexada al MSCI world, pero ya traspasé un 5% al MSCI EMU hace un par de meses al empezar a implementar la CP.
Mi idea es ir invirtiendo la proporción y «acabar» con un 15% europea y un máximo de un 10% en global.
Sé que no hay evidencia ninguna, pero confío que con tal diversificación geográfica logre mejorar algo la volatidad y las pérdidas máximas en caso de catástrofe a nivel europeo.
Saludos
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